marzo 6, 2019 in Sin categoría

Tradicionalmente se ha identificado el ESPACIO PÚBLICO como el ámbito productivo, el espacio donde tiene lugar la vida laboral, social, política y económica. Es un ámbito de participación y de reconocimiento en el que, tradicionalmente, se han colocado a los hombres.

Por otro lado, el ESPACIO PRIVADO o doméstico se ha asociado con el trabajo reproductivo y hasta se ha dicho que es el lugar de la “inactividad”. Sin embargo, es el espacio donde encontramos el cuidado del hogar, la crianza y el cuidado de personas dependientes. Es un ámbito poco reconocido y valorado que se ha asignado a las mujeres.

Estas ideas forman parte de una tradición que justificaba una división sexual del trabajo, es decir la adjudicación de tareas y funciones sociales diferentes para hombres y mujeres bajo el supuesto que nacíamos con diferentes capacidades. Pero hoy en día podemos decir que no tienen ningún fundamento porque la realidad nos muestra como las mujeres pueden participar también del espacio público haciendo todo tipo de trabajos y los hombres pueden desempeñar también tareas de cuidado de las personas y de la casa en el espacio privado.

Sin embargo, todavía se mantiene la creencia de que mujeres y hombres tienen diferentes capacidades a la hora de hacer un oficio. Esto es así porque siguen habiendo un conjunto de imágenes mentales compartidas (estereotipos) que se asocian a las mujeres y a los hombres.

La escritora Chimamanda Ngozi Adichie dice que “si vemos la misma cosa una y otra vez, acaba siendo normal”. Seguramente habrá visto muchas más veces hombres bomberos, policías o mecánicos con actitudes de racionalidad, dinamismo y valentía. Y, a la vez, habrás visto muchas más veces en cuentos o películas a enfermeras, cuidadoras de personas mayores o limpiadoras. Estas imágenes repetidas tantas veces y convertidas en estereotipos nos pueden marcar la elección de estudios y la profesión que vamos a desempeñar.

Pero, ¿qué consecuencias tienen estos estereotipos en la generación de desigualdades de género en el ámbito laboral?

LA DISCRIMINACIÓN DE GÉNERO EN EL ÁMBITO LABORAL

Hablamos de desigualdad de género cuando se da un trato de inferioridad a una persona o col·lectivo por motivos de sexo. Por ejemplo, cuando asignamos menosreconocimiento y prestigio social a las ocupaciones consideradas femeninas.

DISCRIMINACIÓN DIRECTA

¿Lo consideras justo?

La DISCRIMINACIÓN DIRECTA significa tratar de forma menos favorable a una persona en función de su sexo. Por ejemplo, cuando hombres y mujeres cobran salarios diferentes haciendo el mismo trabajo o cuando una empresa despide a una mujer por estar embarazada.

DISCRIMINACIÓN INDIRECTA

La DISCRIMINACIÓN INDIRECTA se produce cuando un criterio o una práctica, aunque esté formulada en términos neutros, perjudica a las mujeres. Veamos algunos ejemplos:

  • Una discriminación indirecta se puede producir por no poder participar en igualdad de condiciones en el ámbito laboral a causa de que en el ámbito doméstico un reparto desigual de responsabilidades domésticas y familiares.
  • También se puede producir una discriminación indirecta cuando existe una feminización o una masculinización de algunas profesiones. Es decir, los oficios feminizados, como la limpieza o profesiones del ámbito de los servicios sociales, gozan de menos valor que los oficios masculinizados como las profesiones relacionadas con la economía o la ingeniería.

Cuando se existe una sobrerepresentación de un sexo en una actividad laboral hablamos deSEGREGACIÓN OCUPACIONAL.

Por lo tanto, la mayoría del empleo femenino se concentra en el sector servicios, es decir, en puestos de trabajo que gozan de menos reconocimiento social. Por consiguiente, sus salarios están peor remunerados. Los estudios estadísticos muestran como las mujeres se acogen a contratos a tiempo parcial para poder compatibilizar su empleo en el ámbito laboral con el cuidado de personas dependientes de la familia y el trabajo doméstico. Estas situaciones explican, en buena parte, la brecha salarial de género.

La BRECHA SALARIAL POR RAZÓN DE GÉNERO es la diferencia porcentual entre los salarios medios de las mujeres y los salarios medios de los hombres. La brecha salarial se puede dar por distintos motivos:

  • Por la diferencia salarial entre mujeres y hombres haciendo un mismo trabajo.
  • Por la diferencia salarial entre mujeres y hombres debida a varios factores: experiencia, nivel educativo, reparto desigual de las responsabilidades domésticas, antigüedad en la empresa, sector de actividad, tipo de contrato o de jornada, etc.

La DISCRIMINACIÓN MÚLTIPLE se daría cuando sumamos diferentes variables como la edad, el sexo, la orientación sexual, el origen étnico o una discapacidad, dando lugar a discriminaciones múltiples. Por ejemplo, una mujer con discapacidad o una mujer de una minoría étnica sufrirían una doble discriminación.

Por todos estos motivos, en Little Revolutions hemos creado un juego para reflexionar entorno a cómo podemos eliminar las desigualdades de género en las profesiones. Se trata de un juego para educar en y para la igualdad mostrando que no hay oficios de mujeres ni de hombres, que cualquiera puede trabajar en la profesión que desee.

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